“…es urgente proveer de la manera
oportuna al bien de las gentes de condición humilde, pues es mayoría la que se
debate indecorosamente en una situación miserable y calamitosa, ya que, disueltos en el pasado siglo los antiguos
gremios de artesanos, sin ningún apoyo que viniera a llenar su vacío,
desentendiéndose las instituciones públicas y las leyes de la religión de
nuestros antepasados, el tiempo fue insensiblemente entregando a los
obreros, aislados e indefensos, a la inhumanidad de los empresarios y a la
desenfrenada codicia de los competidores. Hizo aumentar el mal la voraz
usura, que, reiteradamente condenada por la autoridad de la Iglesia, es
practicada, no obstante, por hombres codiciosos y avaros bajo una apariencia
distinta. Añádase a esto que no sólo la contratación del trabajo, sino también
las relaciones comerciales de toda índole, se hallan sometidas al poder
de unos pocos, hasta el punto de que un número sumamente reducido de
opulentos y adinerados ha impuesto poco menos que el yugo de la esclavitud a
una muchedumbre infinita de proletarios”
No. No es “El capital” de Karl Marx. No es el “Libro
rojo” de Mao. No es un
escrito de denuncia de la O.I.T. ni
de ningún sindicato en la
actualidad. Ni tan siquiera de algún partido político de izquierdas, uno de
esos partidos “radicales” anclados
en la vieja ilusión del comunismo y en la vieja dialéctica del materialismo
histórico.
Es nada más y nada menos, que la Encíclica RERUM NOVARUM
promulgada por el Papa León XIII en… 1891!!!
Ni siquiera George Orwell pudo anticipar
en su famosa 1984 (escrita en 1949) una descripción tan actual y
acertada de la situación a la que hemos llegado 121 años después de esta
Encíclica. La precisión con la se que apunta al origen de nuestros males (codicia
y usura) y a los culpables (un número sumamente reducido de opulentos y
adinerados) da simplemente escalofríos; al tiempo que, su propia
autoría (el Papa de la Iglesia Católica) despeja cualquier sospecha de tendenciosidad
o manipulación del mensaje.
En efecto, la Encíclica es, ante todo, una apasionada defensa de la inalienable dignidad de los trabajadores, pese a
lo cual, se defiende el derecho a la propiedad privada y se condenan los
planteamientos y prácticas socialistas, aunque se admitan en parte las razones evidentes que
llevaron a los obreros a organizarse y defenderse en un contexto histórico tan decisivo:
la revolución industrial del siglo XIX.
Esta vuelta atrás, esta especia de ciencia-ficción al revés,
es aplicable totalmente a la situación de crisis económica mundial y las causas
y consecuencias que para la Humanidad han traído la Globalización y el
triunfo de las políticas neoliberales:
El ENGAÑO, LA USURA, LA CODICIA, LA CONCENTRACIÓN DEL PODER
Y DEL DINERO EN MANOS DE UNOS POCOS, LA PAULATINA DESMEMBRACIÓN DE LOS PODERES
PÚBLICOS COMO LOS ÚNICOS GARANTES DEL BIENESTAR DE LOS MÁS DÉBILES (“La
gente rica, protegida por sus propios recursos, necesita menos de la tutela
pública; la clase humilde, por el contrario, carente de todo recurso, se confía
principalmente al patrocinio del Estado”;
“los desvelos públicos han de prestar los debidos cuidados a la
salvación y al bienestar de la clase proletaria; y si tal no hace, violará la
justicia, que manda dar a cada uno lo que es suyo”, continua la RERUM
NOVARUM) , Y LA INTOLERABLE SUBVERSIÓN DEL COMERCIO Y DEL TRABAJO
DECENTE EN UN INMENSO CASINO FINANCIERO
QUE ATENTA CONTRA LAS PERSONAS Y CONTRA LA PROPIA SOSTENIBILIDAD DEL PLANETA;
todo ello no son (por desgracia) cosas del siglo XIX, ni alegatos trasnochados
de un católico decimonónico que desconoce los entramados de la economía
moderna. Visto lo acertado del
diagnóstico por un experto (al menos en temas “morales”…) lo que queda no ya en
entredicho sino en AUTÉNTICA MENTIRA son los planteamientos y las políticas
neoliberales:
- La
competitividad no es una lid deportiva entre
naciones para ver quién lo hace mejor, sino que es una carrera
desenfrenada por obtener puros beneficios económicos en el corto plazo a
costa de lo que sea y de quien sea. Ya no existe un objetivo social de la
producción y el trabajo, sino un mero OPORTUNISMO por aprovechar todas las
circunstancias y todo el poder para seguir detentando una posición
de dominio económico.
- La
estrategia para competir se basa en el ENGAÑO (estafa generalizada) y la
VIOLENCIA, sobre los recursos humanos (condiciones laborales en retroceso)
y los propios medios de producción (agotamiento de los recursos naturales).
- La
justificación del empleo de tales tácticas y tales prácticas, es
PRODUNDAMENTE INMORAL, y ya no puede esconderse por más tiempo en un
discurso paternalista, donde las víctimas no tenemos derecho a protestar
por las consecuencias sufridas, y mucho menos a poner en entredicho la
viabilidad y la lógica de las terribles medidas que se nos imponen “por
nuestro propio bien”.
- La
connivencia
ideológica y política van más allá de propiciar o facilitar este
latrocinio universal, sino que forman parte intrínseca del mismo, tal y
como quedó plasmado de manera magistral en la trilogía de “El
Padrino”, de Francis Ford Coppola: auténtica Biblia
moderna para el que quiera entender.
La pregunta, la gran pregunta que subyace es: ¿Cómo pudimos
pasar en tan corto espacio de tiempo, de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (1948) a la declaración de “la
economía libre y autorregulada, sin más pautas y objetivos que los propios de
las transacciones mercantiles” del tandem Reagan/Thatcher de los años
80’? Y sobre todo, ¿Cómo pudimos pasar tan rápidamente a ese estado general de
moralidad suspendida, de amnesia por la justicia social?
¿Qué extraño virus fue inoculado en las mentes de
generaciones enteras para que perdiéramos, uno por uno, todos los principios
que ayudaron a regenerar el mundo tras la Segunda Guerra Mundial?
¿Por qué no hay nada más que dinero para unos y precariedad
para todos en el horizonte neoliberal? Es más, ¿Por qué parece que ya no hay
horizonte? ¿Será porque el robo realizado es, además de material, claramente un
robo moral?
¿Será que matar no sólo el cuerpo sino el alma,
es lo realmente importante para que siga el negocio?
León Felipe, poeta prometeico y exiliado, escribía la ODA
ROTA en su libro “Del poeta maldito” (México, 1941, 1942, 1944):
…
Con las carlangas y los lorigones
que os ciñeron los yanquis de férreas
púas erizadas
defendisteis feroces
todo lo que custodian los bull-dogs:
el palacio,
la lonja,
el parlamento
y los altares llenos de bellotas y de
estiércol
donde siguen haciendo transacciones
los mismos mercaderes que sobornaron a
Caifás.
Todo lo que se pesa, todo lo que se
compra,
todo lo que se mide y que se cuenta
lo habéis defendido como perros
y todo se ha salvado… ¡todo! …
Pero habéis asesinado los sueños,
¿oísteis?
¡HABÉIS ASESINADO LOS SUEÑOS!
…
Hay una rebelión primera, un rechazo puro y primigenio, una
ráfaga de razón y de emoción humana que debe espantar y destruir este discurso
de la doctrina neoliberal destinado a aniquilar la verdadera esencia de la
solidaridad y llevar a toda la sociedad
a la bancarrota, no ya financiera, sino moral.
Esta rebelión rompería el cerco de miedo en el que nos han
colocado, y allanaría el camino del conocimiento, para tener la
oportunidad de volver a ser ciudadanos libres.
Esta rebelión es hoy más necesaria que nunca. Porque, de lo
contrario, habrán matado nuestro último reducto inmaterial: ¡habrán
asesinado los sueños!
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo; pero no creo que asesinen solo a los sueños, también a las personas.
El FMI considera peligroso que la esperanza de vida se prolongue.
Hace años que en USA la combinación de mala calidad, o ausencia, de la asistencia médica de los pobres y la promoción de la comida basura (por publicidad y precio), suponen de facto un genocidio para los pobres. La epidemia de obesidad, diabetes, hipertensión, etc garantizan que la supervivencia de los pobres más allá de la edad de jubilación será escasa y, por tanto, no representarán un coste elevado. Se les permite vivir mientras contribuyen a un sistema de seguridad social que solo los adinerados llegarán a disfrutar.
En Europa, mientras desmantelan la sanidad pública, van avanzando "otras terapias" (1750 suicidios en Grecia en dos años, dos diarios en Italia de trabajadores y pequeños autónomos).
Sigue así ¡Para la cordura siempre hay tiempo!
genial, la fuerza de los argumentos traspasa los siglos y las procedencias ideológicas, se trata del ser humano y de sus sueños. seguimos en la brecha aunque no llegue a trinchera. saludos.
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