Hasta ahora, los ciudadanos indignados que no somos economistas (por tanto, la gran mayoría), hemos intentado a nuestra manera extraer los datos e indicios que nos permitieran entender cómo ha sido posible en nuestro país (y desde luego, en otros tantos) la descomunal puesta en escena de este fraude universal llamado “crisis financiera” para, por fin y después de quitar mucha niebla y vendas de los ojos, asumir que todo lo que se nos ha venido encima no es un cúmulo de procesos y desgracias puramente económicas, sino meros engaños, fraudes y mentiras ejercidos violentamente por la población dominante en contra del resto.
Así, una de las frases que se ha podido escuchar en las muchas manifestaciones contra el Gobierno del PP y sus “recortes”, es la famosa “NO ES UNA CRISIS, ES UNA ESTAFA”, seguida a modo de corolario de “NO ES ECONOMÍA, ES IDEOLOGÍA”. La derecha, ha invertido fenomenales cantidades de dinero (esencialmente público, claro) y medios de información (es decir, de manipulación) para que estas simples verdades, estos gritos que son resumen del objetivo, autor, medios y consecuencias de la puesta en escena del neoliberalismo, no fueran descubiertas por los destinatarios finales de esta violencia, a fin de evitar su posible rebelión.
No obstante, si estas frases explican de manera sintética todo lo que ha sucedido en los últimos años, nos faltaba por encontrar un texto, una declaración solemne, un evangelio donde los neoliberales expresaran a las claras lo que el resto de ciudadanos hemos tenido que ensamblar lastimosamente a manera de puzzle.
Y por fin, recientemente, se ha hecho luz. Todo ha adquirido de repente una feroz coherencia y los porqués que andábamos buscando han dado forma al “ideario” que persigue la derecha española y la oligarquía financiera: todo está en el PREÁMBULO del anteproyecto de Ley de la LOMCE 2012:
http://www.educacion.gob.es/horizontales/dms/ministerio/horizontales/ministerio/campanas/lomce/20120925-anteproyecto-LOMCE.pdf
“La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y las cotas de prosperidad de un país; su nivel educativo determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel de los ciudadanos en el ámbito educativo supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global”.
Así, así de claro y de prosaico, así de decepcionante y trágico. Es difícil leer este texto y no sufrir un vómito inmediato. Así de lamentable.
Como no daba crédito a lo que estaba leyendo, he buscado qué ponía el PREÁMBULO de la anterior ley vigente, y la sorpresa es mayúscula:
http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2006-7899
“Las sociedades actuales conceden gran importancia a la educación que reciben sus jóvenes, en la convicción de que de ella dependen tanto el bienestar individual como el colectivo. La educación es el medio más adecuado para construir su personalidad, desarrollar al máximo sus capacidades, conformar su propia identidad personal y configurar su comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, la afectiva y la axiológica. Para la sociedad, la educación es el medio de transmitir y, al mismo tiempo, de renovar la cultura y el acervo de conocimientos y valores que la sustentan, de extraer las máximas posibilidades de sus fuentes de riqueza, de fomentar la convivencia democrática y el respeto a las diferencias individuales, de promover la solidaridad y evitar la discriminación, con el objetivo fundamental de lograr la necesaria cohesión social. Además, la educación es el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y crítica, que resulta indispensable para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas. Por ese motivo, una buena educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos”.
Por tanto, el objetivo neoliberal en nuestro país es claro: nada de desarrollar al individuo, como persona y como colectivo que participa junto con otros pueblos en la construcción de un mundo en paz y mejor; nada de preservar conocimientos y valores culturales, base de nuestra sociedad y raíz de cada individuo; nada para defender la democracia y el pensamiento libre como fundamentos de una sociedad justa.
Ahora, el objetivo de la “educación” (por llamarle algo) es simple y llanamente crear individuos sin criterio ni raíces culturales, tan alienados y embrutecidos socialmente que sirvan directamente a los mercados y sus designios: seres amorfos que contribuyan sin rechistar a la gran cadena de montaje y que rindan pleitesía a la única religión verdadera que ha conseguido mantenerse por los siglos de los siglos como estandarte y disfraz del poder: el dinero, el robo y la mentira (los elementos de la mal llamada “crisis”).
Pero además, este objetivo, no solo no resiste la comparación con la anterior ley, es que se enfrenta directamente a la propia Constitución Española, en cuyo artículo 27.2 dice textualmente:
http://www.derechoshumanos.net/constitucion/index.htm?gclid=CIbR5qXO5bMCFXHLtAodNmYALw#T1
“La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”
Y se enfrenta directamente a la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde en su artículo 26,2 dice textualmente:
http://www.un.org/es/documents/udhr/
“La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz”.
A todos los efectos, no parece que conseguir “ventajas competitivas en el mercado global”, vaya a servir a los fines educativos de la ONU y menos de la Constitución Española; al contrario, el efecto de globalidad y la imposición de la sociedad de consumo mediante la falacia de la “competitividad”, han sido y son la fuente de los más graves problemas que sufre no solo España sino toda la Humanidad.
Pero a este dogma neoliberal, por tanto, entregamos a partir de ahora, de manera consciente y lastimosa, todo nuestro esfuerzo y afán y, por ende, todo nuestro futuro como personas y como país, que son nuestros hijos, o lo que es lo mismo: su “educación”.
En resumen, esta es la tercera frase, el tercer grito que, en consecuencia, lanzamos los ciudadanos españoles: “NO ES EDUCACIÓN, ES FASCISMO”.
Bartolomé Nieto, miembro del Comité Científico de ATTAC-Alacant.